Los péptidos farmacéuticos están revolucionando la medicina moderna debido a su alta especificidad, excelente perfil de seguridad y capacidad para imitar vías biológicas naturales. Dentro del campo farmacéutico, los péptidos se utilizan ampliamente en la regulación metabólica, la regeneración de tejidos, la modulación inmune y las terapias endocrinas.
Uno de los grupos más representativos son los péptidos metabólicos, como los análogos del GLP-1 (Glucagon-Like Peptide-1), que desempeñan un papel vital en la regulación del metabolismo de la glucosa y la promoción de la pérdida de peso. Estos péptidos mejoran la secreción de insulina, reducen el apetito y mejoran el gasto de energía, lo que los hace esenciales para controlar la diabetes tipo 2 y la obesidad. Otro ejemplo clave son los péptidos de crecimiento y cicatrización de heridas, como BPC-157 y TB-500, conocidos por estimular la angiogénesis, acelerar la reparación de tejidos y reducir la inflamación tanto en entornos clínicos como experimentales.
GLP-1/Semaglutida: Ampliamente utilizado en tratamientos contra la obesidad y la diabetes.
BPC-157: Mejora la recuperación de músculos y tendones; apoya la salud gastrointestinal.
Timosina Alfa-1: Péptido potenciador del sistema inmunológico utilizado como complemento en terapia viral y oncológica.
Los ensayos clínicos han demostrado que los análogos del GLP-1 pueden reducir la HbA1c en un 1,5% en promedio y dar como resultado una pérdida de peso significativa (una reducción promedio del peso corporal del 10 al 15%). BPC-157 muestra una mejora constante en las tasas de cierre de heridas en modelos animales, con una síntesis de colágeno y reparación epitelial más rápidas en comparación con los grupos de control.
